Divino Planeta

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jueves, 29 de julio de 2010

Como reconocer a Virgo


VIRGO, LA VIRGEN

Del 24 de agosto al 23 de septiembre

–Si siete doncellas con siete estropajos
lo fregarán noche y día,
¿crees tú –preguntó la Morsa–,
que por fin se limpiaría?
–Lo dudo –dijo el Carpintero,
con una lágrima en la pupila.


Como reconocer a Virgo

–Solo que la mostaza no es un pájaro –señaló Alicia.
–Tienes razón, como siempre –declaró la duquesa–,
¡con qué claridad eres capaz de decir las cosas!



Virgo es el signo de la Virgen, pero es mejor no tomarse el simbolismo demasiado al pie de la letra. Puedo asegurar a mis lectores que haber nacido en septiembre no es garantía de virginidad. Aunque mu-chos Virgo de ambos sexos se aferren a su soltería, también hay muchos Virgo que terminan por avenirse a la bienaventuranza del connubio. Es posible que no lo hagan llevados por un súbito estallido de fuego y de pasión, porque el matrimonio no es el estado natural para los seres de Virgo, aunque es sorprendente cuan-tos de ellos llegan a dominar esta forma de trabajo en equipo, mostrándose casi siempre muy dedicados a su familia.

Casado o soltero, es bastante fácil detectar a Virgo en público. Por una parte, no estará haciendo mucho ruido; no es exactamente parlanchín, y se destacará por su condición de solitario. (¿Ves ese hombre callado y atractivo, allí en el rincón, con el diccionario bajo el brazo? ¿El que tiene un mecanismo mental de relojería que registra pulcramente las horas y metódicamente toma nota de los menores detalles? Si te fijas bien, casi podrás verlo medir cada minuto para darle todo su valor.
Es Virgo.

¿Ves esa muchacha retraída de hermosos ojos dulces, que espera el autobús? Fíjate en la pulcritud de sus guantes blancos, en su actitud tranquila. En la mano tiene las monedas exactas para el billete. Ja-más se le ocurriría pedir que en el autobús le cambiaran un billete grande. Es Virgo.

Si andas en busca de estos perfeccionistas, las reuniones sociales no son el mejor coto de caza. Es más probable que los encuentres en la oficina, trabajando horas extras, que demostrando su carácter so-ciable en un coctel. Para Virgo no es fácil relajarse lo suficiente para disfrutar sin aprensión de los placeres sociales, porque básicamente se siente incómodo entre la multitud. A veces, por pura frustración, hace el intento de adaptarse a la rutina de alguna fiesta, pero la llamada del deber es demasiado insistente para permitirle mucha frivolidad. En ocasiones, Virgo puede conseguir que Capricornio parezca un tipo divertido, lo que ya es mucho decir. Será raro que veas a Virgo haciendo pompas de jabón o levantando castillos de arena. Está demasiado ocupado para sonar despierto, y por la noche, generalmente, llega demasiado can-sado para pensar en hacer peticiones a las estrellas.

Lo primero que observarás en un nativo típico de Virgo es la decidida impresión que da de tener un grave problema y de estar luchando mentalmente por resolverlo... o por lo menos, la vaga sensación de estar secretamente preocupado por algo. Es probable que así sea. Para Virgo, estar preocupado es natural. Hasta se podría decir que tiene cierto afectuoso apego al hábito. Es algo intangible y elusivo, pero su en-cantadora sonrisa siempre parece estar escondiendo una gran inquietud.

Aunque el ascendente y otras posiciones natales puedan modificar la figura típicamente magra, gene-ralmente puedes esperar una estructura como si fuera de alambre y unos ojos excepcionalmente bellos y tranquilos. Es frecuente que uno casi pueda verse reflejado en ellos; expresan la inteligencia y la claridad de pensamiento. En los rasgos de Virgo hay una pureza y una tranquilidad de expresión que parecen la nega-ción de sus secretas preocupaciones. La mayoría de ellos son gente muy atractiva, de nariz, orejas y labios bien diseñados. No carecen ciertamente de gracia y encanto, y pueden mostrar cierta vanidad que irrumpe en raros momentos. Nunca les satisfacen las fotografías que les toman, y son sumamente remilgados con su aspecto, tanto si se trata de una película como en persona. Si eres observador, ya los encontrarás reto-cándose frente al espejo, cuando creen que nadie les mira. Siempre están bien vestidos, con un gusto ge-neralmente meticuloso, aunque conservador. Maurice Chevalier, que era Virgo, prefería que lo tomaran por sorpresa sin una canción, pero no sin la flor en el ojal y el alfiler de corbata.

Las personas Virgo son normalmente menudas, nunca gigantescas, pero musculosas, y están dota-das de mucha mas fuerza de lo que da a entender su apariencia de fragilidad. Son capaces de aguantar un trabajo más intenso, y durante un tiempo más largo que gente regida por signos más fuertes y recios... siempre que durante esa actividad puedan evitar un colapso nervioso. Por más que exteriormente se mues-tren capaces y serenos, su angustia interior les carcome, alterándoles la digestión y el equilibrio emocional. Lo que se oculta tras los nervios destrozados de más de un Virgo es esa tendencia a aceptar mas trabajo del que pueden hacer sin riesgo, y después esforzarse hasta no poder mas para cumplir con los compromi-sos asumidos.

Son gente nacida para ser tranquila y apacible, cuando sus complejos y delicados mecanis-mos funcionan sin problemas y sin que la fatiga cerebral trabe los engranajes.

Son incuestionablemente gente confiable y sincera, pero sin embargo, son capaces de fingir una en-fermedad cuando no quieren hacer algo o ir a alguna parte. En esas ocasiones, pasa a primer plano su talento latente de actor. Ocasionalmente, consiguen auto convencerse de esas enfermedades imaginarias, pero el ojo frío y la cabeza despejada de la gente regida por Mercurio hacen que la mayor parte de tales autoengaños sean de vida breve. Son minuciosos y pulcros en su arreglo, sus comidas, su trabajo y sus romances. ¿Tu prolijo amigo Virgo da la impresión de que acabara de salir de la ducha? Pues probablemen-te es así. Se baña o se ducha con más frecuencia que tres o cuatro de tus amigos de otros signos, todos juntos. También tiene ideas muy precisas sobre la salud, poca paciencia con la haraganería, y se hace muy pocas ilusiones sobre la vida y la gente, aun cuando esté enamorado. Sea hombre o mujer, un romance jamás tiende ante los ojos de Virgo un velo tan espeso que le impida ver las maculas e inconvenientes de la relación o de su pareja. Para decirlo con una expresión popular, los de este signo <>, aunque al Virgo amante de la corrección del idioma le disgusten estas frases.

Claro que no debes formarte la idea de que toda la gente que nació a fines de agosto o en septiembre es remilgada, quisquillosa y dogmática. Son muchos los Virgo que muestran un inteligente humor mercuria-no –si atiendes a sus observaciones al margen– e irradian un especial encanto mercuriano muy difícil de resistir. Con decir que Sofía Loren es Virgo, creo que ese punto ya queda resuelto de una vez por todas. Tal vez te encuentres con algún Virgo que ande tan ocupado manteniendo limpios y en orden los rincones de su mente que se haya descuidado en cuanto a su vestimenta o a su ambiente, y eso puede despistarte en el primer momento. Pero espera, que tarde o temprano le verás recogiendo un alfiler de la alfombra, cepillán-dose el pelo o sacándose una hilacha del hombro.

Aunque suenen muy pocos sueños imposibles, es frecuente que Virgo presente un rasgo incongruen-te: parece un fascinante soñador, como Si estuviera envuelto en ese mismo arco iris en el cual su mentali-dad lógica se niega a creer.

Cuando se sienten molestos por la vulgaridad, la estupidez o el descuido, los nativos de Virgo pueden ponerse súbitamente hoscos, irritables, gruñones y nerviosos, pero por lo general son gente muy dulce, muy grata de tener cerca, especialmente en un cuarto de enfermo. Algunas de las mejores enfermeras, llenas de eficiente compasión y modelos de pulcra capacidad, han nacido bajo este signo. Cuando te duela la cabeza, lo más probable es que sea tu amigo Virgo quien corra a la farmacia. Y si estás en casa de él, no necesitará ir muy lejos, porque probablemente allí mismo tendrá una farmacia en miniatura. En el cuarto de baño, el botiquín estará cargado de remedios para el dolor de estómago, el estreñimiento, las afecciones hepáticas o la acidez. Échale un vistazo alguna vez. Virgo jamás tomará una medicina a menos que conozca todos sus componentes y sepa como actúan, de modo que podrá decirte con total conocimiento de causa que será mejor para tu dolor de cabeza, según que sea lo que lo haya causado. Cuando viaja, es frecuente que lleve consigo la farmacia portátil; hasta puede llevar un maletín de mas, solamente para frascos y píldoras, y si está acostumbrado a determinada marca de jabón o de colonia, pues también irá al maletín. Sería un desastre para Virgo quedarse varado en una ciudad donde no vendieran lo que está acostumbrado a usar. Generalmente, compra los jabones y artículos de tocador por cajas, porque sale más barato –o en todo caso, por docena–, y esa es otra de las razones de que no le guste comprar cosas cuando viaja. Hay casos en que un nativo de Virgo llega a viajar con su propia provisión de agua. No te rías... ¿no sabes lo que pue-de pasarle al estómago de una persona cuando ciertos cuerpos extraños se introducen en el sistema diges-tivo, suspendidos o disueltos en un agua desconocida? Pues Virgo puede decírtelo. Son gente que cuando tiene hábitos, pues tiene hábitos, y salir de vacaciones o hacer un viaje de negocios no es excusa para romperlos. Si en casa Virgo está acostumbrado a guardar los calcetines en el cajón del medio de la cómo-da, a la izquierda, allí irán los calcetines en la habitación del hotel. Y si es una de esas cómodas que no tienen más que tres cajones grandes y no puede optar por el de la derecha o el de la izquierda, pues ya tendrá para cavilar un rato. Es posible que termine por dejarlos en la maleta, pero no dormirá tranquilo. A la mañana siguiente, la camarera del comedor del hotel aprenderá inmediatamente que si Virgo dice que quie-re los huevos pasados por agua tres minutos, no quiere decir que dos minutos cuarenta y cinco segundos. Y que pedir las tostadas bien hechas no significa quemadas. Además, la atención que presten a esos detalles influirá decididamente sobre las propinas.

Un nativo de Virgo puede criticar algo que tú digas con argumentos tan rebuscados que te vuelvan lo-co, pero si te ve en un aprieto, será él quien se apresure a volver a poner las cosas en orden, sin otro afán que el de ser útil. Si el trabajo en que estás metido te tiene tan sumergido en detalles enervantes que des-esperas de poder terminarlo a tiempo, Virgo se arremangará de buena gana para ayudarte. No son motivos egoístas los que le llevan a hacerse cargo de las cosas cuando ve que algo está hecho un lío; es que su ordenada mentalidad mercuriana no puede soportar las demoras, los detalles descuidados ni la confusión de objetivos. Hasta es posible que se ponga a enderezar las cosas antes de que se lo pidan, sin intención de ser impertinente, porque para él es algo instintivo poner orden en el caos. De entre tus invitados, será el que alegremente te ayude a ordenar la casa después de la fiesta, pero será también el que advierta de in-mediato que pusiste cuidadosamente una revista sobre la mesa del café para disimular una mancha, y que arreglaste los almohadones del sofá de modo que no se vieran las quemaduras de cigarrillos.

Como Libra, Virgo es rápido para negar sus hábitos y rasgos de carácter. Es aparentemente ciego para sus propios defectos, e incapaz de ver sus debilidades bajo la misma clara luz que le permite ver las de los demás. Pero la verdad es que Virgo las ve, y las ve con tal riqueza de detalles que no puede soportar que se hable de ellas en términos generales. Intenta decir a un Virgo típico que es criticón, caviloso, remil-gado, prolijo hasta el exceso o que se preocupa en demasía por su dieta y su salud, y verás cómo lo niega de plano. ¿Quién, él? Él no es así, que tontería. Todavía guardo una carta de diez páginas que me envió una ama de casa Virgo, escrita con una letra pulcra y diminuta, donde me detalla cuidadosamente todas las razones por las cuales las descripciones de su signo solar no se ajustan a ella, sin darse cuenta ni por un momento de que la misma pulcritud y minuciosidad con que expresa sus quejas la traicionan.

Es que yo no soy prolija –escribe–. Mi casa es un desorden espantoso, Luego continúa: Des-pués de todo, tengo dos niños muy pequeños que lo ensucian continuamente todo hasta volverme loca. Todo el día estoy recogiendo lo que ellos desordenan. (A renglón seguido enumera minuciosamente todas sus interminables obligaciones domésticas, una por una, con muchísimo cuidado.) Trato de con-servar cada cosa en su lugar, y jamás pierdo el tiempo leyendo o viendo la televisión como mis vecinas, pero así y todo las cosas todavía no están en orden cuando llega mi marido a cenar. No creo que él tenga derecho a quejarse, porque yo sigo trabajando hasta después de medianoche, cuando él duerme, para tener la casa ordenada por la mañana. Jamás podría preparar el desayuno en una cocina sucia. En la su-ciedad proliferan los microbios, y la enfermedad se apodera pronto de una familia. Pero antes de que él se vaya al trabajo, todo es otra vez un desorden, así que eso de la pulcritud de Virgo me fastidia de verás. En realidad, yo no soy prolija, ni tampoco me preocupo en exceso ni soy hipocondríaca. Jamás critico a mi marido cuando se equivoca con el saldo del banco, no muchas veces, en todo caso, porque no es eso lo que le corresponde a una mujer... Me gustaría ser prolija, pero con los niños y todo lo demás, ¿qué puedo hacer? Realmente, si pudiera usted ver cómo...y sigue y sigue. (Naturalmente, tuvo buen cuidado de incluir un sobre con el sello, con su nombre y dirección, para la respuesta.) En la última línea de su carta insistía: ¿Puede usted decirme por que las descripciones de mi signo solar no se ajustan nada a mí?. Siempre pienso que algún día haré enmarcar esas páginas y las colgaré en la pared, bajo un símbolo de Virgo.

No es nada difícil distinguir al nativo de este signo en una habitación llena de gente: es incapaz de es-tarse mucho tiempo quieto. Después de un rato se le verá visiblemente inquieto y empezará a pasearse o a cambiar de lugar las sillas como un títere, transmitiendo una vaga sensación de urgencia, como si le espera-ran en alguna otra parte y se hubiera retrasado. Al mismo tiempo, su rostro exhibirá una tranquilidad un poco como de máscara. Es raro que todo el daño que puede causar la intensidad nerviosa de Virgo se manifieste del todo exteriormente, pero sin duda por dentro es capaz de alterarle todo el sistema digestivo. Por eso es tan frecuente que lleven consigo un tubo de pastillas para el estómago.

Es importante que hablemos aquí del todavía invisible planeta Vulcano, el verdadero regente de Vir-go, ya que se dice que su descubrimiento es inminente. El descubrimiento del verdadero regente de un signo cambia la característica de los nativos del mismo. Para dar un ejemplo, durante el período en que tanto Acuario como Capricornio estaban regidos por Saturno, las personas nacidas en febrero, como Abra-ham Lincoln, mostraban claramente los rasgos melancó1icos de ese planeta. Pero cuando –en su debido momento en el plan universal– fue descubierto Urano (el símbolo de la electrónica y del espacio, y el verda-dero regente de Acuario), la gente de este signo empezó a reflejar las cualidades del inquieto descubrimien-to y a mostrar una personalidad mas eléctrica, impredecible y progresista, como la del Acuario regido por Urano que fue Franklin D. Roosevelt. Muchos astrólogos creen que en pocos años más Vulcano, el planeta del trueno, se hará visible a través de los telescopios. Poco antes o poco después de que Vulcano se acer-que a la Tierra lo suficiente para hacerse visible, los Virgo que ya viven, lo mismo que los que nazcan en el futuro, perderán buena parte de la presión de Mercurio que provoca actualmente su tensión nerviosa, ya que Mercurio es mas compatible con Géminis, signo de aire, que con Virgo que es signo de tierra. El tonan-te Vulcano conferirá también a Virgo su herencia astrológica de valor y confianza, liberándole de muchas de sus inhibiciones típicas. Después del descubrimiento de Vulcano, el único planeta que quedara por identifi-car, de acuerdo con antiguas predicciones será Apolo, el verdadero regente de Tauro. Entonces cada signo solar responderá a las vibraciones del regente que le es propio, y habrá doce signos y doce cuerpos celes-tes. Es interesante señalar que en la mitología griega, Vulcano es el dios cojo de mentalidad brillante. Son muchos los nativos de Virgo que cojean ligeramente o que tienen alguna característica peculiar o desusada en su porte o su manera de andar.

No son gentes que se muestren derrochadoras ni con sus afectos ni con el dinero.

Normalmente pru-dentes en ambos aspectos, su amor se manifiesta de forma tranquila y constante, con poca ostentación, y manejan el dinero con la misma mesura conservadora. Un rasgo extraño es que, dispuestos como están a ofrecer sus diligentes servicios a los demás, los nativos de Virgo sienten un intenso disgusto, casi neurótico, cuando tienen que aceptar favores. No quieren tener obligaciones con nadie, por ninguna razón, ni quieren depender para nada de nadie más que de ellos mismos. Un miedo profundamente arraigado a tener que pedir ayuda en la vejez es lo que hace que muchos de este signo vivan con tal economía que pueden llegar a parecer tacaños. En realidad, la palabra es demasiado dura. Cuando se siente bien seguro y no necesita preocuparse por el futuro, Virgo gasta con mas liberalidad el dinero, por mas que incluso entonces si no siente que ha recibido el valor total de lo gastado, volverá a la tienda a que le reembolsen su dinero.

Aunque no siente absolutamente ninguna simpatía por los mendigos ni por la gente ociosa y manirro-ta, Virgo es infaliblemente generoso con los amigos en dificultades. Puede ser casi avaro en lo que se refie-re a sus necesidades personales, pero tendrá gestos increíbles de apoyo financiero con quienes realmente lo merecen o con la gente que de veras le gusta o a quien ama. Sin embargo, jamás le encontrarás derro-chando descuidadamente el dinero, ya que el despilfarro es una de las cosas que más inquina le despiertan. La gente de Virgo trabaja con tesón para tener lo que tiene, y el lujo desmedido nunca deja de escandalizar-los. Generalmente, tienen opiniones muy claras, y no se dedican a ocultarlas, sobre los despilfarradores y los haraganes que no quieren trabajar.

Hay una cosa, sin embargo, que hará que te resulten un poco menos punzantes las criticas de Virgo, y es saber que, secretamente, el ojo crítico con que te mira es el mismo que utiliza para mirarse a si mismo. Simplemente, no puede dejar de ver los fallos; nació para detectar la más diminuta de las rajas en la porce-lana. No será con los impuntuales más piadoso de lo que es con los derrochadores. En realidad, llegar tarde es de alguna manera un desperdicio; es una pérdida de tiempo, y para Virgo el tiempo es la tela con que está hecha la vida. Así que, si quieres evitar su tajante desaprobación, se puntual. Los amigos de Frank Sinatra ya saben que cuando el cantante dice: <>, quiere decir a las ocho, no a las ocho y cuarto o a las ocho y media. Aunque por su signo solar Sinatra es un orgulloso Sagitario, tiene un ascendente Virgo que explica por que es tan exigente con los ensayos, y tan exasperante con los detalles en los arreglos musicales. Cuando graba, cada nota y cada tono deben ser absolutamente impecables; si no, la sesión se repetirá hasta que él quede satisfecho. Si sumas ese gusto exigente y meticuloso al fuego y entusiasmo de Sagitario, ya puedes ver a que se debe el éxito de sus canciones.

Es difícil entender por que a veces se considera egoísta a la gente Virgo, ya que por lo común en-cuentran mas satisfacción en servir a otros que en satisfacer sus propias ambiciones personales. La etique-ta de egoísta no se debe probablemente a la capacidad de Virgo para decir <> y decirlo en serio. Es generoso con su tiempo y su energía, pero sin ir más allá de lo razonable. Cuando las demandas se hacen excesivas, Virgo se planta y expresa sus objeciones con toda claridad, y hasta con demasiada claridad. Tanto como le gusta señalar los fallos de otros, se resiente orgullosamente ante la crítica abierta de sus propios errores. Cuando algún Virgo cometa un error, lo que no es muy frecuente, señálaselo con tacto si quieres conservar su amistad.

Son personas sorprendentemente sanas, pese a sus farmacias ambulantes (salvo que caigan enfer-mos por efecto de las preocupaciones, exceso de trabajo, tensión mental y pesimismo). Se ocupan mucho de su cuerpo y son escrupulosos con su dieta. Es posible que así y todo se quejen de algunas dolencias menores: malestar de estómago, indigestión, dolores crónicos en la zona intestinal, dolores de cabeza y problemas en los pies (¿te acuerdas de Vulcano, el dios cojo?). Deben cuidarse cuando atrapan un resfria-do de pecho, porque son susceptibles a las afecciones pulmonares, según las influencias planetarias de su carta natal. Es fácil que sufran dolores en las caderas, brazos y hombros, que tengan problemas de gota, reumáticos y artríticos y a veces insuficiencia hepática y dolores de espalda. Pero la preocupación por su salud hará que Virgo evite la mayoría de las enfermedades graves. Muchos de ellos son vegetarianos y, si no lo son, ya puedes apostar a que saben exactamente que es lo que tienen que comer y cómo hay que cocinarlo. De vez en cuando tropezarás con un Virgo preocupado por los microbios, que se pone guantes de goma para preparar un budín o hierve todas las noches el cepillo de dientes, pero son casos extremos. Sin embargo, incluso el Virgo medio se lavará enérgicamente las manos antes de cada comida.

Les gustan los gatos, los pájaros y los seres pequeños e indefensos. También aman la verdad, la puntualidad, la economía, la prudencia y una discreta selectividad. Aborrecen los torrentes de sentimenta-lismo, la suciedad, lo vulgar, el abandono y la ociosidad. Son de naturaleza práctica, con excesiva tendencia a la discriminación: los verdaderos individualistas, que con la nitidez de su percepción consiguen que lo que desean no se vea embarrado y contaminado por sus apetencias. Una fresca brisa purifica los sueños de Virgo limpiándolos de todo rastro de locas y desatadas fantasías. Una vez que ha aprendido a dominar los complicados detalles de la vida, en vez de dejarse dominar por ellos, Virgo es más capaz de dar forma a su propio destino que cualquier otro signo solar.

El fresco y verde jade y la pureza del platino son su complemento y lo que le trae suerte. Pero la bue-na suerte de Virgo va siempre seguida por cinco clases de soledad, y la llamada del deber jamás se acalla del todo en su corazón. No olvides que la tímida sonrisa pensativa de Virgo oculta algunos secretos, por su sangre tranquila circulan la líquida plata de Mercurio y el trueno distante de Vulcano, mientras él se viste con sus colores favoritos: gris, beige, azul marino, todos los matices del verde y el blanco inmaculado. Sub-yacente a la gravedad de su porte esta el aura fascinante de la Virgen: la pureza de intención y de pensa-miento, simbolizada por el jacinto de Virgo. Una vez que has conocido la fragancia de esta flor pascual, jamás te liberarás del todo de su hechizo: volverá cada primavera a rondar tu memoria. Virgo tiene su propia y secreta manera de hacer que el corazón recuerde.


Personalidades Virgo famosas

Príncipe Alberto
Laureen Bacall
Robert Benchley
Ingrid Bergman
Leonard Bernstein
Sid Caesar
Maurice Chevalier
Theodore Dreiser
Reina Isabel I
Peter Falk
Henry Ford II
Greta Garbo
Arthur Godfrey
J. W. Goethe
John Gunther
Lyndon Johnson
Elia Kazan
Joseph Kennedy
Lafayette
D. H. Lawrence
Sofia Loren
H. L. Mencken
Walter Reuther
Cardenal Richelieu
Peter Sellers
Robert Taft
William Howard Taft
H. G. Wells

Eres rayo!!




Imagina un rayo que se dispara desde el cielo, e imagina que en el punto exacto en el que ese rayo toca la tierra, es en ese punto de contacto que se manifiesta tu cuerpo físico. Ahora congela la imagen y observala con el ojo de tu mente. Tú, el verdadero "Tú", eres esa luz que fluye a lo largo de todo el rayo. Eres rayo y eres cuerpo. Con tu mente física te imaginas que estas separado de Dios, pero hoy estamos aquí para recordarte que tú eres dios todo el tiempo. Eres cuerpo físico y eres energía divina al mismo tiempo. ~ Esencia


Eres eterno Pg 17
El Universo a tus pies.
Graciela Zozaya

sábado, 24 de julio de 2010

Como reconocer a Leo


LEO, EL LEÓN
Del 24 de julio al 23 de agosto

La Reina se puso carmesí de furia, y tras mirarla
echando chispas un momento, como si fuera una bestia
salvaje, empezó a vociferar: ..¡Cortadle la cabeza!
TÍMIDOS GATITOS
Esa es la voz de la Langosta, a quien oí declarar:
..Me has horneado tostándome en exceso,
y debo azucararme el pelo.


Como reconocer a Leo


Parecía de buen talante, pensó ella;
pero aun así, tenía garras muy largas
y muchísimos dientes, de modo
que sintió que habría que tratarlo con respeto.

¿Te ha dicho alguien últimamente que no le hagas favores, al mismo tiempo que te dejaba deslum-brado con una sonrisa totalmente fascinante? Es que te has visto ante el gran felino. No te preocupes, que ya te recuperarás. Un par de pequeñas quemaduras no importan. No es nada excepcional en Leo el des-pliegue simultáneo de su arrogante orgullo y de su espíritu juguetón; por eso se sale con la suya.
Leo, el León, rige a todos los demás animales. Leo, la persona, te rige a ti y a todo el mundo. (Si, si ya se que en realidad no es así. Pero no se lo digas, por favor. Le destrozarías su cálido y tierno corazón de egotista.) Lo mejor es contentarle, porque entonces ronronea, en vez de rugir y darte un susto poco menos que de muerte. El León alterna entre ser decididamente gregario y una hermosa indolencia, mientras sofoca un sibarítico bostezo. Si quieres estudiar algunos ejemplares, date una vuelta por los lugares más ilumina-dos y chispeantes de la ciudad. Por lo menos la mitad de la gente que encuentras viviendo a la última moda serán Leo. Hasta los gatitos más tímidos se sentirán cómodos viviendo así. A Leo le enferma la oscuridad tanto como el aburrimiento.

Si ves a alguno que se ruboriza fácilmente, asegúrate de que no estás confundiendo el rubor con un rostro arrebatado de orgullo. Piensa que hay rubores muy diferentes. Leo puede estar sonrosado porque ha estado bailando mucho, o porque acaba de ver pasar al amor de su vida, pero jamás le veras las mejillas coloreadas por la introversión ni por esa timidez que induce a uno a ocultarse. No hay Leos introvertidos; los hay únicamente que se hacen los introvertidos, y es importante que lo recuerdes. Tal vez encuentres algu-nos Leones que mantengan atenuado al Sol que les rige y se muestren silenciosamente fuertes, dignos y decididos, pero no te dejes engañar por la suavidad de sus ronroneos. Incluso los Leos mas suaves están en su fuero íntimo convencidos de su regio derecho a dominar sobre amigos y familiares, mientras atisban desde detrás del telón, en espera del momento de salir a escena. Si no me crees, búscate un Leo tranquilo, de esos que se hacen los introvertidos, para atacar su orgullo. Quítale algo que él esté convencido de que por derecho le pertenece, dale órdenes y no le demuestres respeto. Ya verás como los rugidos del supuesto gatito se oyen desde aquí hasta el zoológico. Hay que ser todo un valiente para desafiarle cuando él defien-de sus derechos y su dignidad. Hay Leos que se ablandan con la edad, pero en realidad el León jamás baja su orgullosa cabeza. Nunca.

En cuanto a los atributos físicos de este signo solar, simplemente mira a tu alrededor en busca de gente que se parezca a un león o a una leona, con su melena que se aparta hacia atrás de la cara y su mirada engañosamente ociosa. Los leones caminan erguidos y orgullosos, con el suave deslizamiento de un gato. En las mujeres se combina una gracia flexible con una intensidad oculta y estremecedora. Este último rasgo puede disimularse bajo una naturaleza suave, por lo general serena y estable. Pero no olvides que la leona está siempre pronta a saltar si se siente amenazada. Aunque las lleve envainadas, tiene las garras afiladas.

Notarás en él un aire de mando y un porte majestuoso, porque Leo mira con desdén a todos los sim-ples mortales que están por debajo de él. Por lo común, es muy deliberado en sus movimientos y en su discurso. Es raro que Leo hable deprisa, corra, e incluso que camine con rapidez (a menos que tenga el ascendente o la Luna en Aries o en Géminis, por ejemplo). En un grupo, el León no te pasará mucho tiempo inadvertido: será el centro de la atención, bien con sus acciones y afirmaciones dramáticas, bien poniendo mal gesto y escondiendo la cara entre las manos hasta que alguien corra a preguntarle que le pasa.

El signo produce ejemplares de ojos azules, pero muchos Leo, sobre todo entre las mujeres, tienen los ojos color castaño oscuro, al principio dulces y serenos, pero que después chisporrotean y restallan. Suelen tenerlos redondeados y un poco almendrados en los ángulos. El pelo es oscuro o rubio rojizo, ondu-lado por lo general, peinado en un estilo suelto y descuidado que se levanta en el casco y en los lados de la cabeza; si no, se van al otro extremo y lo llevan implacablemente alisado.

En cuanto al cutis, es señaladamente rubicundo.

La gente de Leo ejerce sobre los demás un efecto extraño, que es divertido observar.

Es difícil que-darse de pie delante del León sin que vaya uno enderezándose, encogiendo el vientre, echando atrás los hombros. En realidad, no se si nosotros los rústicos actuamos así imitando los regios modales del León con el que nos enfrentamos, o si es para acorazarnos ante un posible sermón, ya que les encanta dar consejos gratuitos. Leo es especial para decirle a uno con cierto aire de superioridad y condescendencia, cual es la forma exacta en que debería ordenar su vida.

Es ese amor por la enseñanza lo que lleva a tantos de este signo a convertirse en educadores, políti-cos y psiquiatras. Lo exasperante es que tengan tanta capacidad para racionalizar las cosas y plancharle a uno todas las arrugas de su vida. Lástima que no puedan arreglar sus propios asuntos con la misma facili-dad y elegancia. Así y todo, es eso lo que hace el encanto de Leo: su sincera superioridad y sus excelentes cualidades, mezcladas de manera incongruente con la terrible y transparente vulnerabilidad de su yo. ¿El digno y orgulloso gato, vulnerable? Y como no. Cuando no se respetan su prudencia y su generosidad, se siente profundamente herido. Para suavizarle, halágale, simplemente. Nueve veces de cada diez, se con-vertirá de bestia rugiente en tímido y dócil gatito, que casi visiblemente se regodea y complace en el calor de las lisonjas. Es la debilidad que se convierte en el Waterloo de mas de un Leo, áspero y autocrático. La vanidad es su talón de Aquiles. Para él, la adulación es un estimulante, la falta de respeto le pone ciego de furia, y ambos extremos le hacen incapaz de formular un juicio equilibrado.

Algunos Leones consiguen con-trolar con éxito estas tendencias, pero siempre están latentes en el signo solar y se hacen presentes hasta cierto punto.

Haz la prueba alguna vez. Cuando te esté dando alguno de sus sermones, interrumpe respetuosa-mente a tu amigo Leo para decirle que tiene un aspecto realmente magnifico con ese suéter. El resultado será probablemente un brusco descenso de su dignidad, y veras que el León, enrojeciendo, te pregunta totalmente desconcertado: ¿En serio? Pero, ¿de veras te lo parece?. En la mayoría de los casos, el reconocimiento de su intelecto da tanto resultado como un elogio de su apariencia.

Leo no puede dejar de sentirse superior y de comportarse de manera teatral, de vez en cuando. Una de mis hijas tiene un maestro nacido en agosto. Un día que ella vino de la escuela, me comento: Mami, tenemos un maestro muy raro. Para todo es inteligentísimo, pero a veces se pasea por el aula sacudiendo los brazos en el aire y gritando que está rodeado de idiotas. Nosotros siempre nos reímos, porque sabemos que no lo dice en serio. Pobre León, si hasta los niños saben que sus rugidos son peores que su morde-dura. Claro que no puedo dejar de advertirte que puedes tropezar con uno que tenga a Marte o a Mercurio influido, digamos, por Escorpio, y entonces el mordisco será mas grave; pero ahora estamos hablando del ejemplar típico.

Leo es sumamente astuto, en muchos sentidos. Será raro verlo desperdiciar energías procurando ex-traer agua de un pozo agotado, como suele sucederle a Aries; es pues un excelente organizador y sabio distribuidor de obligaciones. Sus órdenes son sorprendentemente efectivas cuando controla los efectos dramáticos, porque el León puede ser un maestro en el arte del discurso simple y directo, aunque a veces huela un poco a teatral. Expresa generosa y abiertamente su aprobación, y sus lisonjas pueden ser tan exageradas como para confundirle a uno.

Tampoco se avergüenza de sentir disgusto. Por lo general, lo que dice es lo que siente. Es posible que aplaque o que resulte quemante, pero nunca pasará sin dejar huella.

Las regias maneras de este signo solar se despliegan cuando el hombre o la mujer Leo reciben invi-tados. Uno se siente como si estuviera en un palacio real, donde se esperaría en cualquier momento ver como se detiene a la puerta una carroza con lacayo, para dejar bajar a Maria Antonieta o, por lo menos, a Nell Gwyn y a Madame Du Barry. La gente de Leo rodea a sus invitados con gran abundancia de la más exquisita comida, vinos finos, mujeres hermosas y buena música. Debo admitir que, en realidad, conozco un Leo que tiene gran influencia de Virgo en su carta natal y que en las fiestas sirve pepino en cubitos condi-mentado con hierbas, perejil y germen de trigo, pero los demás detalles son deslumbrantemente leoninos, incluyendo siempre las invitadas femeninas. ¡Qué exquisitez! Ni siquiera Luis XIV lo hacía tan bien.

Pero después de Luis XIV, el diluvio, y después de mas de una cena romántica y un baile con Leo se produce un diluvio de declaraciones, pasión, lágrimas, enojos, disculpas y confusión sentimental lisa y llana.

Y ahora que llegamos al tema del amor, que es mas bien un lugar común donde encontrarse siempre que uno tenga algo que ver con Leo, ya sea personalmente o por carta, hay que señalar que no encontra-rás, lector, muchos solterones ni solteronas nacidos bajo este signo solar. Si tropiezas con alguno, no te formes una opinión definida hasta que no hayas mirado discretamente dentro del tocador. Siempre hay algún amante oculto en las inmediaciones de la guarida del León. Es posible que no esté casado cuando le conozcas, pero estará enamorado o a punto de estarlo, o bien acabará de salir de un episodio romántico y le encontrarás con aire patético y perdido. El fiero orgullo de Leo es causa de que muchos romances y ma-trimonios se hagan pedazos. Un León sin pareja suele ser muy triste espectáculo, pero cuando su orgullo ha sido afrentado por su pareja, sea ésta legal o no, es posible que pierda su aspecto de tristeza y se muestre feroz, en cambio. De todas maneras, no hay quien pueda aguantar más con estoica dignidad, o adaptarse, cuando es necesario, valientemente a las condiciones más deprimentes, con auténtica energía y optimismo.

Como la tendencia a perdonar y olvidar es parte de la naturaleza íntima de los grandes felinos, las re-conciliaciones son, en la vida emocional de Leo, casi tan frecuentes como las rupturas, una vez que el chis-porroteo de la dignidad ultrajada se ha extinguido y que el gato cobra conciencia de su soledad. Leo está casi continuamente ahogado por la pasión, no solo por el sexo opuesto, sino por la vida.

Tanto para los Leones como para los tímidos gatitos, la vida sin amor es como un cheque sin fondos. Para ellos, cuando el romance se extingue, el Sol deja de brillar.

Son hombres y mujeres que jamás se apoyan en los demás. Prefieren, más bien, que se apoyen en ellos. La responsabilidad para con los débiles y los desvalidos les fascina. Si oyes que Leo se queja con dramáticos rugidos de que todo el mundo depende de él y de que es el único que carga con todo, ni se te ocurra preocuparte.

A él eso le encanta. Trata de aliviarle de alguna carga o de tenderle una mano, y ya verás con que rapidez el León rechaza desdeñosamente tu ayuda. Y algo que debes evitar muy especial-mente es ofrecerle ayuda financiera. Aunque con frecuencia pueda andar sin un centavo, Leo siempre sabe que ya encontrará manera de volver a llenarse los bolsillos. Son muy pocos los de este signo que se mues-tran cuidadosos con el dinero. Tal vez te encuentres alguno a quien de pequeño le asustó algún cobrador, y que se conduce como si en cualquier momento pudieran llevarle preso por deudas, pero el León típico es un jugador espectacular de corazón, desaforado a veces. Hasta los raros ejemplares de este signo que son ahorrativos se visten con ropa cara y siempre aparecen bien presentados. Leo quiere todo de primera y lujoso, y gasta sin privarse cuando se trata de diversiones y placeres. Es capaz de darle dinero a casi todo el mundo. Si le piden un préstamo y no tiene efectivo, es posible que prefiera a su vez pedir prestado antes que admitir que el rey no está en situación de sacar de un apuro a sus súbditos.

Claro que éste es un último recurso, porque a Leo le mortifica tener que recurrir a alguien en cuestio-nes de dinero, consejo o estimulo. Tiene ego suficiente para estimularse él solo, es lo bastante despierto para llenar su propia alcancía... y bien sabe Dios que no le gusta pedir consejo. Uno busca consejo en los que están por encima de él, ¿y quien está por encima del León?

Leo es propenso a las fiebres altas, a los accidentes, las enfermedades agudas y violentas, y gene-ralmente inmune a las dolencias crónicas y prolongadas. Como rara vez hacen algo a medías, son gente que o bien irradian una vitalidad increíble,) bien se quejan de que no durarán mucho en este mundo; esta última reacción es típica de la falta de apreciación y de la avidez le afecto. Leo parece tener el corazón es-tupendamente fuerte, o si no, presenta alguna debilidad en la zona cardiaca. Es posible que sufra dolores de espalda y de hombros, problemas de columna, accidentes en las piernas o tobillos, problemas relaciona-dos con los órganos de la reproducción y ronqueras o dolores de garganta. Pero se recuperará pronto de la enfermedad, y su principal peligro es el de descuidar su salud o levantarse demasiado pronto cuando ha estado enfermo. Al principio, estar en cama y sentirse atendido halaga la vanidad de Leo, pero cuando se da cuenta de que está desempeñando el papel del débil y no el del fuerte, sus veleidades de incapacitado desaparecen rápidamente.

Con los regidos por el Sol no hay términos medios. O son espantosamente descuidados y desaliña-dos, o meticulosamente pulcros y ordenados. Les gusta bastante el chismorreo, y se sienten heridos o ex-cluidos si a su alrededor sucede algo que ellos no entienden. Leo es fijo por naturaleza. Es difícil apartarle del camino que se trace, aunque él si pueda apartar a otros con su convincente oratoria. Acumulan solo lo necesario para poder distribuirlo, una vez que ellos mismos se han provisto de un trono resplandeciente y completo, hasta con almohadones de plumas. Son capaces de desplegar la feroz energía de una apisona-dora de vapor, para después tenderse, soñolientos y relajados como un gato, a holgazanear y desperezarse al sol.

Cuando Leo trabaja, trabaja. Cuando juega, juega. Cuando descansa, descansa. La mayoría de ellos tienen una habilidad impresionante para delegar en otros las tareas sucias y desagradables, en tanto que ellos se ocupan de las cosas importantes, como puede ser la decisión de quien será elegido presidente y como se debe ganar la guerra.

Para su propia sorpresa, cuando una auténtica emergencia se desploma sobre sus recios hombros, Leo se la toma con calma, pero sin eludir jamás su deber, ayudando a los desvalidos, protegiendo a los asustados (aunque por dentro él pueda estar doblemente asustado), animando a los melancólicos y afron-tando con valor su auténtica responsabilidad. Tal es su naturaleza.

Pero aflorará radiante una vez que la etapa del playboy haya quedado atrás, junto con las llamativas corbatas pintadas a mano y con aquella guitarra que solía tocar.

La próxima vez que seas tú el blanco de los orgullosos rugidos del León, acuérdate de la Reina de Corazones, que gritaba constantemente: ¡Cortadle la cabeza! mientras todo el mundo seguía con la cabeza bien puesta sobre los hombros.

Acuérdate del león cobarde de El mago de Oz, que se mimaba tiernamente la hermosa cola, con agraviada dignidad, y buscaba con ansiedad por el mundo el don del verdadero valor, y que terminó descu-briendo, cuando se produjo una auténtica situación de peligro, que el mas valiente del grupo era él.

Leo es un amigo orgullosamente leal, enemigo justo pero poderoso; es creativo y original, vital y fuer-te, lo mismo da que sea un León tranquilo o uno de los inflamables, pues existen las dos clases. Su indu-mentaria es despampanante, adecuada a su colorida personalidad. Y pasamos por alto su arrogancia, su ego insufrible a veces, sus ataques –más bien ridículos– de vanidad y haraganería, porque el corazón, co-mo su metal, es oro puro.

Rebosante de cordialidad y generosidad, el León, alegre y afectuoso, salta alegremente por un cam-po de amapolas cuando su Sol brilla alto en el cielo; en cuanto a los dados que arroja confiadamente, sus números son el uno y el cuatro. Leo luce orgullosamente un topacio que le dé suerte, después se le va la mano, pero su dignidad y su gracia interiores son tan auténticas que puede llevar con valor sus infortunios. Los cálidos rayos amarillos de su jocunda esperanza se intensifican hasta el naranja a la hora del crepúscu-lo, y en sus noches brilla un millar de estrellas.

Personalidades Leo famosas


Gracie Allen
Lucille Ball
Ethel Barrymore
Bernard Baruch
Bill Basíe
David Belasco
John Galsworthy
Alfred Hitchcock
Aldous Huxley
Carl Jung
Jacqueline Kennedy
Princesa Margarita Rosa
Napoleón Bonaparte
Walter Brennan
Robert Burns
Fidel Castro
Julia Child
Arlene Dahl
Cecil B. de Mille
Eddie Fisher
Benito Mussolini
Dorothy Parker
Robert Redford
Walter Scott
George Bernard Shaw
Percy Bisshe Shelley
Robert Taylor
Mae West

martes, 20 de julio de 2010

Como Reconocer a Cancer


CÁNCER, EL CANGREJO
Del 22 de junio al 23 de julio


La pareció que veía un Albatros
revoloteando en torno de la lámpara;
cuando volvió a mirar, vio que era
un sello de un penique.
Mejor que te vayas a casa, dijo,
...que las noches están muy húmedas>>.
Como reconocer a Cáncer
...Yo mismo no puedo explicarme, me temo,
porque, como ves, no soy yo mismo.
...¡Oh, mi piel y mis bigotes!
Esto es, esto es lo que me oprime el alma.



El mejor momento para salir a la captura de cangrejos humanos es cuando brilla, plateada, la Luna. Por lo general, es más fácil reconocerlos de noche, cuando salen todos acicalados y endomingados a so-nar, arrebujados en su vívida imaginación. La luz de la Luna les sienta estupendamente. Armoniza con sus múltiples estados de ánimo y combina con sus emociones cambiantes.

Para conocer las claves de la naturaleza de Cáncer te será muy útil, lector, mirar un poco la Luna en las claras noches del campo. Con el aire contaminado de la ciudad se te hará difícil verla, pero siempre puedes recurrir a un almanaque. Fíjate en la forma y en el aspecto cambiante de la Luna. A medida que crece y su luz aumenta, se convierte lentamente en un perfecto disco redondo en el cielo. Cuando mengua, desaparece poco a poco, hasta que no queda visible más que un delgado hilacho de luz con un tenue y rielante resplandor de plata.

Los estados de ánimo pasajeros de Cáncer están sincronizados con la Luna y responden a la misma misteriosa influencia lunar que rige el movimiento de las mareas en el océano. Sin embargo, en realidad la Luna no cambia. Únicamente, lo parece. Igualmente, Cáncer sigue siendo la misma persona pese a todos los altibajos. Una periodicidad tan previsible, constante en su inconstancia, hace que el Cangrejo sea fácil de reconocer, una vez que uno sabe en que fase está cuando lo encuentra.

Es posible que la primera vez que lo encuentres esté riéndose con su extravagante risa lunar, irresistiblemente contagiosa, que recorre de extremo a extremo la escala, con profundos y guturales armó-nicos. Se desgrana en risitas y carcajadas hasta estallar finalmente en un cacareo que suena exactamente como si doscientas gallinas acabaran de poner doscientos huevos perfectos. Si está en su papel de anima-dor de la fiesta, no te costará nada encontrar a Cáncer. Será el tipo mas divertido del salón, a risa por minu-to. Y si no es él quien está actuando, estará festejando las gracias de algún otro. A nadie le gustan las bro-mas más que a Cáncer, y su faceta divertida es tanto mas inesperada cuanto que irrumpe de manera tan incongruente en su personalidad, normalmente tranquila y serena. El humor lunar es profundo, jamás super-ficial ni trivial, porque surge de su notable capacidad de observación del comportamiento humano.

Es posible que Cáncer no se ponga todos los días su risa lunar, pero siempre puede sacarla en un abrir y cerrar de ojos de su viejo baúl del sótano.
No son gente que se desviva por las candilejas, como los extrovertidos Leo o los apayasados Sagita-rios, pero los Cáncer tienen un pavoroso sentido de la publicidad, cuando les da por hacerse notar. No te dejes engañar por esa aparente modestia. Secretamente, les gusta que les presten atención, y les embria-garán los titulares que puedan conseguir. A Cáncer no le encontrarás persiguiendo la fama con pasión (no hay nada que persiga con verdadera pasión), pero ten por seguro que tampoco huirá de ella. Más fácil será verle calentándose al calor de los aplausos que huyendo de ellos. Puede que haya cosas de las que Cáncer se esconda, pero el reconocimiento no es una de ellas.

Si eres de esas personas que se enfrían fácilmente, ponte la gabardina antes de exponerte a la humedad de un Cáncer que se halle en un estado melancó1ico: es capaz de echarte cubos de agua fría hasta que te den temblores y escalofríos. Cáncer puede estar en un momento bajo y hundirte en una depre-sión mas profunda que el fondo del océano. Habitualmente, sus temores están bien cubiertos por el dispara-tado humor lunar, pero siempre están con él, acosándolo día y noche con una vaga sensación de peligros innominados que acechan entre las sombras. Nunca muy lejano, el pesimismo estará siempre pronto a frustrar los hermosos vuelos de su fantasía. Un Cáncer puede lanzarse al más increíble viaje a las estrellas, en alas de su imaginación, si consigue ignorar esa machacona voz interior que insiste en advertirle que puede perderse en el espacio. Pero hasta que aprende a dominarlos, sus miedos constituyen el ta1ón de Aquiles que le duele cada vez que intenta volar demasiado alto.
Sus lágrimas no son nunca lágrimas de cocodrilo; fluyen de los profundos ríos de su corazón, frágil y vulnerable. Con una mirada dura o un tono de voz áspero puedes herir sus delicados sentimientos, y la crueldad puede llenarle los ojos de lágrimas o inducirle a un completo retraimiento. (Es extraño, pero Cán-cer rara vez tiene fiebre; es mas probable que sufra de escalofríos.) En tales ocasiones no es fácil descubrir al Cangrejo, porque cuando está herido desaparece en un silencio lleno de reproche. A veces puede ser que se desquite con una sana digna de Escorpio, pero por lo general lo hará en secreto y no abiertamente, con el olímpico desprecio de los cangrejos por las consecuencias. La mayoría de las veces, más bien, eludi-rá todo intento de igualar puntos, y se sentirá contento por esconderse bajo su caparazón protector. Cuando le hayas herido, puedes pasarte días enteros tocándole con un palo sin conseguir que reaccione. No abrirá la puerta, no contestará al teléfono ni las cartas. Cuando se hallan en un estado de incertidumbre, desespe-ración o tristeza, los nativos de Cáncer buscan el retiro y la soledad, como los verdaderos cangrejos.
Hay otro estado de ánimo propio de Cáncer: el malhumor. La persona que te salió con un exabrupto cuando le preguntaste la hora, o que estuvo a punto de arrancarte la cabeza por pedirle que te pasara la sal, era probablemente Cáncer que sufría uno de sus ataques de malhumor que le llevan a odiar al mundo. No es que esté enojado contigo, está desilusionado de la vida. Ya se le pasará y volverá a ser la persona dulce, suave y comprensiva que conoces, cuando cambie la Luna. Fíjate en el calendario cuando hace el próximo cuarto, o espera a que vuelva a subir la marea.
Hay dos tipos Cancerianos básicos. El primero tiene un agradable rostro redondo, la piel suave, la boca grande y sonriente, los ojos casi circulares: mas bien un aspecto de bebé. Piensa en la cara de la Luna, que es una imagen perfecta. El segundo tipo es más común. En su rostro se advierte inmediatamente el inconfundible aspecto de cangrejo. Verás un cráneo bastante grande, de cejas salientes y pómulos altos. Es posible que las cejas den la impresión de estar permanentemente trabadas en un ceño que, cosa rara, no es ofensivo, sino más bien interesante. La mandíbula es pronunciada y los dientes prominentes, o de alguna manera desiguales. Los ojos, pequeños, están generalmente muy apartados. A veces veras a algún Cáncer en quien se combinen la cara lunar y la del cangrejo, pero cada una de ellas es tan distintiva que, aunque se mezclen, es fácil reconocerles como gente regida por la Luna, nacida bajo el signo del Cangrejo. Algunos son indiscutiblemente regordetes pero la gran mayoría tienen una estructura ósea bien marcada Los brazos y las piernas pueden ser excepcionalmente largos en relación con el resto del cuerpo, los hom-bros más anchos de lo habitual, y es frecuente que manos y pies sean muy pequeños o bien muy grandes. La mayoría de estos nativos son un poco pesados de arriba, y cuando caminan deprisa se balancean lige-ramente. Ya sean regordetas o delgadas, las mujeres necesitan por lo general una talla de suéter conside-rablemente mas grande que la talla de la falda. 0 si no, parecen tablas. En cualquiera de los dos sentidos, esta característica es muy marcada Entre las mujeres de este signo, nunca hay un término medio para esta zona de su anatomía.

Todos los regidos por la Luna tienen un rostro enormemente expresivo. Mil estados de ánimo se perfi-lan fugazmente en sus facciones en el curso de una conversación. ¿Conoces a alguien que a veces caca-rea desaforadamente, después llora con desconsuelo, de pronto te contesta bruscamente y con irritación, y que cuando lo hieres se oculta? ¿Y que normalmente te trata con mesurada consideración? Si es gruñón, pero bondadoso, un conversador fascinante con profundos pozos de imaginación creadora, tu amigo nació probablemente a fines de junio o en julio.

Los Cancerianos tienen tal dominio sobre las imágenes, y sus fluctuaciones anímicas son tan inten-sas, que pueden hacer que los demás las sientan. Su imaginación se abalanza sobre la alegría y el dolor, sobre el horror y la compasión, sobre la tristeza y el éxtasis, y asegura firmemente cada emoción con la intensidad retentiva de su memoria. Absorben imágenes y las reflejan con la fidelidad de un espejo o de una cámara. Cada experiencia les queda grabada en el corazón como una fotografía queda registrada en el negativo. Jamás olvidan ninguna de las lecciones que les ha enseñado la vida, ni las que la historia enseña a la humanidad. Cáncer reverencia el pasado y es generalmente patriota de corazón. Las figuras históricas le llaman la atención tanto como sus propios antepasados. Frecuentemente, es coleccionista de antigüeda-des, viejos tesoros y reliquias antiguas, y el ayer despierta en él una curiosidad insaciable. Cáncer es una especie de arqueólogo mental, que está continuamente haciendo excavaciones en busca de hechos fasci-nantes.

Es también un pozo de sigilo. Automáticamente, la gente le confía sus secretos, pero la sensibilidad del Cangrejo le permite conocerlos sin que hayan mediado las palabras. Su compasión es profunda y enor-memente intuitiva; no son muchos los secretos que Cáncer no pueda descubrir, si le interesan. Sin embar-go, es una calle de una sola dirección. El Cangrejo obtendrá toda la información que pueda sobre ti, pero jamás te dejará conocer sus propios pensamientos. Sus sentimientos están cuidadosamente resguardados de las miradas indagadoras. Al Cáncer típico no le gusta hablar de su vida personal, pero le encanta saber de la tuya, porque para su imaginación lunar le resulta fácil adivinar lo que tú no le cuentas. Sin embargo, es raro que Cáncer adopte la actitud de juez; simplemente deduce, absorbe, refleja.
Aunque devuelva las emociones como un espejo, el Cangrejo no soltará sin lucha las cosas tangibles. Date una vueltecita por la playa y observa los hábitos de los verdaderos cangrejos. Cuando atrapan un obje-to (y esperemos que no sea tu dedo gordo), se agarran a él como un salvavidas. Antes pierden una pinza que soltarlo. Si el cangrejo pierde una pinza, le crece otra, así que puede agarrarse otra vez con la misma tenacidad, y esto ha de servirte de lección para cuando trates de conseguir que Cáncer desista de algo que él –o ella– realmente quiera. Cáncer jamás renunciará a un objeto que atesora, y que tanto puede ser un amigo o un pariente a quien quiere como un título o un cargo; desde un viejo daguerrotipo a un par de pan-tuflas deshilachadas, con las suelas medio gastadas.

Mientras estés en la playa, toma algunas notas más sobre las costumbres del verdadero cangrejo. Su manera de andar, por ejemplo. Si le ha echado el ojo a tu dedo gordo, no esperes que se encamine directa y decididamente hacia tu pie. Primero retrocede unos pasos. Después se desplaza de costado. De pronto, sin previo aviso, se arrastra hacia el otro lado. Parece siempre que se mueva en la dirección opuesta, pero ni por un segundo se descuida: si ese apetitoso dedo gordo empieza a alejarse de él, entonces avanzará directamente. Y más vale que corras, si no quieres que te hinque las pinzas. Cuando ve que corre riesgo de perder el bocado que le tienta, la cosa va en serio. El Cangrejo humano imita exactamente estas tácticas. Cáncer nunca va directamente detrás de lo que quiere. Su estrategia consiste en moverse en todas direc-ciones, salvo hacia adelante. Y a este juego de los cambios puede jugar indefinidamente, hasta que da la impresión de que algún otro será quien se lleve el premio. Entonces, el Cangrejo juega sus cartas con rapi-dez y astucia, da un salto hacia delante, se adueña del trofeo y no lo suelta.

De manera muy semejante se conducen cuando se trata de generosidad y de dar algo. El corazón de Cáncer es demasiado blando para que no lo conmuevan las necesidades de la gente.

Realmente, se preocupa y quiere ayudar. Pero da cautelosamente un paso atrás y espera, para ver si no hay alguien que se adelante antes que él. ¿Por que va a dilapidar él desatinadamente su tiempo o su dinero, si no es necesario? Cuando todas las otras fuentes fallan, cuando ninguna otra ayuda da señales de materializarse, Cáncer salva la situación en el último momento; dejará que te hundas dos veces, pero te salvará en el minuto antes de que te sumerjas por tercera vez. Es demasiado bondadoso para quedarse mirando cómo te ahogas, pero ten por seguro que él no se mojará si anda por ahí cerca un salvavidas, o si tiene la impresión de que tú solo puedes llegar nadando a la costa. Es auto preservación, no egoísmo ni falta de bondad. El corazón del Cangrejo es tierno por debajo de su caparazón duro y protector. Pero él no tiene más que cierta cantidad de tiempo, dinero y emociones para dar, y prefiere distribuirlos con prudencia. Es frecuente que su gesto final sea magnificente y generoso, pero para su mentalidad lo sensato es obser-var y esperar antes de actuar. Nadie podría acusarle de impulsivo.

Cuando efectivamente actúa, quiere tender detrás de si –o de ti– algún tipo de hilo que le sirva de re-gistro. El Cangrejo calcula cuidadosamente sus acciones, basándose en experiencias, ya sean propias o ajenas. Necesita como cimiento la fuerza de un precedente aceptado o la tranquilidad de una seguridad financiera. Le inquieta andar sólo sin una póliza de seguro, y por eso la mayor parte de sus albures terminan en éxito, y cada jugada final es un golpe de gracia ejecutado con delicadeza.

Naturalmente, es raro que Cáncer pueda caerse en un pozo en la oscuridad. Con una fogosa influen-cia lunar o un signo de fuego en el ascendente, es posible que se arriesgue en alguna maniobra ocasional, pero si fracasa se sentirá desdichado por haber ido en contra de su propio juicio personal mas íntimo. Pue-de ser que las influencias de Leo o Sagitario le hayan inducido a actuar, pero al volver al imperio de su pro-pio signo solar después de la derrota, se siente inundado de desdicha. Cáncer tiende a cavilar sobre sus errores en vez de desentenderse con un encogimiento de hombros de la mala suerte y hacer un nuevo in-tento, y antes de que corra otro albur tendrá que pasar algún tiempo.

Sea hombre o mujer, el Cangrejo ama su hogar con un respeto rayano en la reverencia.

Ningún sumo sacerdote de tiempos pasados sintió jamás su altar como algo más sagrado de lo que es para Cáncer el lugar donde cuelga su sombrero viejo.
Es posible que veas colgar de sus paredes uno de esos letreros que dicen <>. (Si, ya sé que normalmente la frase es al revés, pero esto es algo que su hijita hizo en la escuela y para Cáncer es una obra maestra, una perla inapreciable. Y la admira a menudo.) Su hogar está donde juega, vive, ama, sueña y se siente seguro. Aunque su profesión pueda obligarle a viajar por medio mundo, ningún Cáncer es realmente feliz si no tiene un rinconcito que pueda llamar suyo. Algún día observa la expresión en el rostro de un Cangrejo que vuelve a casa después de un largo viaje. Es éxtasis puro.

Por más dinero que acumule como reserva, Cáncer jamás se siente realmente seguro, y por más amor que le brinden, siempre necesita más. Sus emociones nunca le permiten la seguridad suficiente para relajarse por completo. Siempre está acumulando cosas palpables en previsión de algún imaginario desas-tre futuro. Hay nativos de este signo que realmente tienen debajo de la cama grandes cajas de cartón llenas de provisiones de todas clases. Para ahuyentar las pesadillas. Tal vez pienses que estoy exagerando, pero ¿cuándo fue la última vez que miraste debajo de la cama de un Cangrejo? Y si no encuentras allí las latas de conservas, fíjate en los estantes de la despensa. Tal vez te encuentres con dos docenas de latas de paprika y veintiocho cajas de pan rallado enriquecido con vitaminas que compró en una liquidación, en 1943

. ¿Para qué las reserva? No hagas preguntas tontas. Algún día puede haber hambre en el país, y él estará preparado. (Noé debió de haber nacido en julio, porque a él tampoco le pescó el diluvio con las velas bajas.) ¿Por qué no usa toda esa paprika y ese pan rallado? La respuesta a eso plantea otra pregunta. ¿Por qué no usa esos catorce pares de pijamas nuevos y las siete docenas de bufandas de cachemira que le han ido regalando a lo largo de los años? Todavía están envueltas en el papel. ¿Quién sabe? Tal vez Cáncer proyecte usarlos para abrigar a los animales cuando se produzca el próximo diluvio. ¿Por qué no? Su visión es así de anticipatoria, y las catástrofes de ayer las recuerda con toda precisión, aún sin haberlas presen-ciado.
Con frecuencia encontrarás a Cáncer en el agua. Si no está nadando, se dedicará a hacer esquí acuático, o caminando por el agua cuando menos. A no ser que en su carta natal haya alguna influencia planetaria definida que le haga tener miedo a las olas, el Cangrejo pasará la mayor parte de su tiempo libre en la playa. Son muchos los Cáncer con su barco propio; les atrae mucho mas tener una cáscara de nuez donde poder refugiarse que una docena de televisores en color o cincuenta automóviles. Hay Cangrejos que poseen unos yates fabulosos, pero aunque sea un botecito de remo o una canoa, su propietario Cáncer se sentirá feliz remando o haciendo de timonel. Es como si los de este signo tuvieran un sueño particular y secreto que se les ha perdido en la profundidad de las aguas, y tratarán de encontrarlo. Más de la mitad de los Cangrejos que conozcas serán navegantes de fin de semana. Tal vez sea la llamada de la Luna y de las mareas, pero sea lo que fuere, jamás aparecen tan arrogantes como cuando se pasean alegremente por la cubierta de su barco, con las zapatillas de tenis de la época en que se graduaron en la Universidad. (No le sugieras nunca que se compre otras. Una cosa que hay que entender con Cáncer es que, si algo es viejo, tiene valor; si es nuevo es sospechoso.)

Las emociones de Cáncer pueden ser más poderosas que el cuerpo físico. La aprensión y las pre-ocupaciones son susceptibles de provocarle una enfermedad, y la alegría puede poner bien a Cáncer. Es frecuente que tema un colapso financiero, o la pérdida de alguien que afectivamente necesita. Si su seguri-dad se ve amenazada –ya sea la económica o la del corazón puede caer en una depresión que inconscien-temente lo predispone a enfermedades o accidentes. Su activa imaginación es en ocasiones lo bastante morbosa como para convertir en grave o crónica una dolencia menor. Cuando está en sus momentos som-bríos, Cáncer responde mal a los estímulos positivos; puede pensar que eres indiferente porque no te com-padeces de él, pero –diga él lo que diga– la compasión es lo último que necesita el Cangrejo cuando está enfermo. Si se pone melancó1ico ante una terrible perspectiva, se está buscando verdaderos problemas y necesitará el doble de tiempo para curarse.

Las áreas más vulnerables son el pecho, en hombres y mujeres, las rodillas, riñones, vejiga y piel. La zona de la cabeza y de la cara también es delicada, lo mismo que el estómago y el sistema digestivo. Los Cáncer son, prácticamente, los inventores de las úlceras, pero los que se mantienen serenos y recurren a su maravilloso sentido del humor para superar las depresiones, pueden fácilmente mantenerse bien hasta una avanzada madurez. Si llegan a coger con firmeza la felicidad y no la sueltan, los Cangrejos tienen el poder de aferrarse a la vida con la misma tenacidad con que se aferran a periódicos y maceteros viejos. La alegría, el optimismo y la risa, tomadas todos los días y en grandes dosis, les mantendrán sanos de cuerpo y alma. Lo que Cáncer se imagina que siente, es lo que siente realmente. Ningún otro signo es tan propen-so a enfermar por ideas negativas, pero tampoco ninguno es capaz de tan sorprendentes milagros de auto-curación. Es una contradicción extraña, y no olvidarla resultará enormemente beneficioso para todos los nacidos bajo este signo.
Muchos de ellos son jardineros natos, que cuidan y riegan amorosamente sus plantas, y muchos cul-tivan también con la misma devoción florecientes cuentas bancarias. A Cáncer se le pega el dinero y, como es una sensación que no le disgusta, deja que se le pegue. En sus gastos es frugal, por decir lo menos.

Aunque influencias impulsivas afecten su carta natal, el Cangrejo siempre mantendrá algunos billetes en reserva para los días malos. Si te dice que está en quiebra, quiere decir que le quedan las últimas dece-nas de miles, lo cual para él es una situación desesperada. Para la administración de fondos nadie es mas capaz que el Cangrejo (aunque Tauro, Capricornio o Virgo puedan seguirle muy de cerca), experto en acu-mular dinero y en hacerlo crecer como crecen las flores y los árboles que él planta. Rara vez se escapará de sus manos tenaces o se escurrirá entre sus dedos, y nunca le verás arrojar el dinero por la ventana por el solo placer de librarse de él. Sólo su cautela excede a su generosidad. El viejo John D. Rockefeller, que era Cáncer, pensaba probablemente que era muy manirroto cuando les daba todas esas monedas a los niños; le divertía seguir gastando de semejante manera el dinero, al mismo tiempo que enseñaba economía. Así y todo, el Cangrejo compartirá de buena gana lo que tiene cuando alguien a quien el quiere o que le gusta se halla en situación de verdadera necesidad. Un niño siempre le conmoverá lo suficiente para sacar-le algún dinero, pero nunca perdonará al comerciante que le cobre unos centavos de más por la lata de judías.

Para Cáncer, de alguna manera, la comida representa seguridad. Si Mother Hubbard, el personaje de las Nursery Rhymes inglesas, hubiera nacido en julio, jamás se habría recuperado del shock de haber encontrado vacío el armario. No importa lo que coma, el Cangrejo siempre se siente mas seguro cuando la despensa está hasta rebosar. Al hablar de comida, su rostro expresivo se ilumina, y las historias de desnu-trición le horrorizan, realmente. Cáncer se preocupa auténticamente por el hambriento, y se siente respon-sable de todos los estómagos vacíos del mundo. (El conocido matemático y astrólogo Carl Payne Tobey señaló que la consigna política del Cáncer Nelson Rockefeller en su campaña en los supermercados era: <>). Para Cáncer, desperdiciar comida es un crimen. Puedes repetir todas las veces que quieras, pero cuidado con dejar restos en el plato.
Ambos sexos poseen un fuerte instinto maternal. Son gente que siempre está tratando de llenar a al-guien con una buena comida caliente, o de protegerlos del aire húmedo de la noche.

Cáncer trata a sus amigos y seres queridos como si fueran bebés, y revolotea protectoramente en torno a ellos. Es difícil decir que es lo que con mas profundidad afecta a las emociones lunares, si los niños, la comida o el dinero.
Su naturaleza sensible queda oculta bajo un duro caparazón, y el Cangrejo tiene la sensatez suficien-te para evitar los mares tormentosos. Durante la mitad del tiempo vive en la tierra, la otra mitad en aguas profundas. Se viste con el rielante dorado pálido y luminoso de la Luna, y oculta sus poderosas emociones tras los tintes verde pálido, malva y lavanda de la modestia.

La Luna pone un toque de locura a todos los Cáncer. Cáncer conoce un lugar silvestre y secreto don-de dos lirios y siete rosas blancas crecen entre los iris. A veces, el recuerdo de este jardín remoto le hace estallar de risa; en ocasiones, le conduce al llanto y a la tristeza. Cáncer reúne pacientemente las esmeral-das, perlas y piedras lunares que otros dejan caer en la arena, mientras espera a que las mareas traigan a la playa sus sueños plateados.
Personalidades Cáncer famosas


John Quincy Adams
Louis Armstrong
Ingmar Bergman
Milton Berle
Julio Cesar
James Cagney
Marc Chagall
Jean Cocteau
George M. Cohan
Hellen Keller
Charles Laughton
Gertrude Lawrence
Anne Lindbergh
Gina Lollobrigida
Marcel Proust
Rembrandt
John D. Rockefeller
Nelson Rockefeller
Calvin Coolidge
Phyllis Diller
Herman Hesse
Stephen Foster
John Glenn
Oscar Hammerstein
Ernest Hemingway
Enrique VIII
Richard Rogers
Red Skelton
Barbara Stanwyck
Ringo Starr
Henry D. Thoreau
John Kanamaker

Instantes





Poema Instantes
de Jorge Luis Borges


(autor: Don Herold, adaptación: Borges)


Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

Los Espejos




Poema Los Espejos
de Jorge Luis Borges


Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos

sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita

Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,

Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna
hizo que yo temiera los espejos.

Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado,

Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.

Prolonga este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el Hálito de un hombre que no ha muerto.

Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.

Todo acontece y nada se recuerda
en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.

Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.

Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos.

Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.

Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo
y vanidad. Por eso no alarman.

miércoles, 14 de julio de 2010

Ansiedad y Estres




El Instituto Francés de Ansiedad y Estrés, en París, trazó veinte reglas de vida que dicen los expertos que si consigue asimilar diez de ellas, con seguridad aprenderá a vivir con calidad interna:


1. Haga una pausa de 10 minutos por cada 2 horas de trabajo, como máximo. Repita estas pausas en su vida diaria y piense en usted, analizando sus actitudes.

2. Aprenda a decir NO, sin sentirse culpable o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.

3. Planee su día, pero deje siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de usted.

4. Concéntrese en apenas una tarea a la vez. Por mas ágil que sean sus cuadros mentales, usted se cansa.

5. Olvídese de una vez por todas que usted es indispensable en el trabajo, casa o grupo habitual. Por más que eso le desagrade, todo camina sin su actuación, a no ser usted mismo.

6. Deje de sentirse responsable por el placer de los otros. Usted no es la fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.

7. Pida ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.

8. Separe problemas reales de los imaginarios y elimínelos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.

9. Intente descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que puede conseguir en la vida.

10. Evite envolverse en ansiedades y tensiones ajenas, en lo que se refiere a ansiedad y tensión. Espere un poco y después retorne al diálogo y a la acción.

11. Su Familia no es usted, está junto a usted, compone su mundo, pero no es su propia identidad.

12. Comprenda qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evite el movimiento y la búsqueda.

13. Es necesario tener siempre a alguien a quien le pueda confiar y hablar abiertamente. No sirve de nada si está lejos.

14. Conozca la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierda el sentido de la importancia sutil de salir a la hora correcta.

15. No quiera saber si hablaron mal de usted, ni se atormente con esa basura mental. Escuche lo que hablaron bien de usted, con reserva analítica, sin creérselo todo.

16. Competir en momentos de diversión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perder la mejor parte.

17. La rigidez es buena en las piedras pero no en los seres humanos.

18. Una hora de inmenso placer sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa más que el sueño. Por eso, no pierda una buena oportunidad de divertirse.

19. No abandone sus tres grandes e invaluables amigas. Intuición, Inocencia y Fe.

20. Entienda de una vez por todas, definitivamente y en conclusión que: Usted ES lo que Ud. haga de Ud. mismo.


fuente: www.luzdelalma.jetband.com.ar

lunes, 12 de julio de 2010

Como Reconocer a GÉMINIS, LOS GEMELOS




GÉMINIS, LOS GEMELOS
Del 22 de mayo al 21 de junio


Hace falta que corras todo lo que puedas
para seguir en el mismo lugar.
Si quieres ir a alguna parte,
¡tendrás que correr con doble rapidez!


Como reconocer a Géminis


..No quiero que sigas apareciendo
y desapareciendo tan súbitamente.
¡Si le das a una vértigos!
Y esa vez desapareció muy lentamente,
empezando por la punta de la cola
y terminando por la sonrisa,
que se mantuvo ahí durante un tiempo
después que todo lo demás.



Si alguna vez un Géminis te hace pensar, lector, que estás viendo doble, no te pongas otras gafas. Recuerda simplemente que Géminis es el signo de los Gemelos, y que en su personalidad cambiante hay dos lados bien distintos. Ahora lo ves, dentro de un momento no. ¿Era amor lo que te pareció distinguir al vuelo en la movilidad de esos rasgos? ¿Odio? ¿Éxtasis? ¿Inteligencia? ¿Idealismo? ¿Tristeza? ¿Alegría? Los cambios mercuriales de la expresión de Géminis son tan fascinantes de observar como las luces psico-délicas en una discoteca. Es difícil decir dónde termina la realidad y comienza la ilusión. Ambas se mez-clan... y luego se separan.

Saber dónde hay que buscar estas versátiles criaturas requiere pensarlo un poco de antemano. Gé-minis puede estar en un lugar hoy y en otro mañana. Y súbitamente, vamos. Los Gemelos pueden cambiar de ropa, de trabajo, de amor o de residencia con la misma rapidez con que cambian de opinión... cosa que hacen muy deprisa. Si quieres encontrar un ejemplar bueno para estudiar tendrás que moverte mucho. Po-drías intentar en una librería, donde los Géminis suelen andar husmeando, ya que con una rápida lectura de las paginas son capaces de captar lo esencial del contenido. (No fue casualidad que John F. Kennedy prac-ticara la lectura rápida.) La gente de Mercurio tiene también el desagradable hábito de empezar a leer por la última página. Si conoces a algún Géminis que alguna vez haya leído un libro desde el comienzo hasta el final, sin aburrirse por la mitad, envíalo como curiosidad al circo, o estudia su carta natal para ver si tiene ascendente Tauro, Capricornio o uno de los signos mas persistentes. A Géminis le gusta leer un libro con movimiento de lanzadera, y la misma forma de acción prefiere también con otras cosas, aparte de la lectura.

Con toda seguridad te encontrarás con uno o dos Gemelos flotando por los pasillos y batiéndose en un duelo de ingenio con la gente, en estaciones de radio, empresas de relaciones públicas, editoriales, loca-les de exposición y venta de automóviles o agencias de publicidad, si es que puedes atrapar a alguno entre una reunión y otra.

Y cuando encuentres a este personaje fluido como el mercurio, estúdialo cuidadosamen-te, aunque con sólo seguirlo de un lado a otro quedarás agotado. Lo primero que observarás es una energía nerviosa que cruje, chisporrotea y restalla en el aire en torno de él. Si tiene la Luna en Escorpio, Libra, Cán-cer o Capricornio, es posible que no vibre con un chisporroteo tan evidente, pero las demás manifestaciones estarán latentes y percibirás su presencia por debajo de la influencia de las otras posiciones planetarias. A veces se encuentra uno con un Géminis que habla lentamente, pero la mayor parte de ellos lo hacen con extraordinaria rapidez. Todos son rápidos para escuchar.

Hombre o mujer, el nativo de Géminis se impacienta con los conservadores que se quedan estanca-dos, o con la gente que es incapaz de decidir su posición en un momento dado. Géminis sabe cual es su posición, por el momento al menos.

A no ser que tenga un antecedente en conflicto, físicamente Géminis da sujetos delgados, ágiles y de altura superior a la media. Muchos de ellos tienen rasgos finos y nítidos, como si estuvieran tallados en un camafeo. Se encuentran algunos de ojos oscuros, sin duda, pero la mayor parte de los regidos por Mercurio tienen hermosos ojos castaños, azules, verdes o grises, claros como el cristal y que continuamente deste-llan y se mueven de un lado a otro. Géminis jamás deja descansar los ojos en el mismo objeto durante más de algunos segundos. De hecho, la rapidez con que mueve los ojos suele ser la manera más fácil de reco-nocerlo. Suele ser de cutis pálido, aunque generalmente se broncea fácilmente, y esto sirve para distinguir-los en verano. (En invierno es frecuente que estén quemados por el sol y el viento de las pistas de esquí.)

Géminis exhibe una cierta cualidad ansiosa, una inmediata y amistosa simpatía, y es de movimientos excepcionalmente rápidos, no exentos de gracia. Pueden ser de pelo claro u oscuro, o ambas cosas... ve-teados, digamos. Los Gemelos, ¿recuerdas? Es probable que tengan nariz larga y recta, o diminuta, y en todo caso, bien formada. Una calva incipiente es común entre los hombres (debido a la intensa actividad cerebral, tal vez), y es frecuente que ambos sexos presenten frente alta y despejada.

Generalmente, es un error tratar de inmovilizar a Géminis en un lugar o en una idea. Y lo es siempre desafiarle a una batalla de ingenio, ya que con la mayor facilidad se vale de la lengua para armar y desar-mar situaciones. Piensa con rapidez cuando está de pie (o en cualquier posición); puede ser ácidamente satírico y es mas despierto que casi todo el mundo. Hay mercurianos que encuentran un perverso deleite en desconcertar a los espíritus más lentos con la vertiginosa rapidez de sus procesos mentales. ¿A quién le gustaría enzarzarse en una discusión con el Géminis Bob Hope?

A veces, uno tendrá la impresión de que las personas nacidas en junio aterrizan junto a uno, como pájaros curiosos, echan un vistazo inquieto a la escena y se van volando en dirección totalmente diferente antes de que se haya tenido tiempo de saludarles. Yo suelo encontrarme con un amigo Géminis en un bar, a comer un trozo de pastel de queso y charlar un rato.

Tiene entre treinta y cinco y cuarenta años, pero parece un estudiante universitario; típico de la apa-riencia intemporal de Géminis. Durante un rato conversamos agradablemente, interrumpiéndonos uno a otro y pasando ágilmente de uno a otro tema. En el momento en que yo busco en mi bolso la polvera o el bolí-grafo, al levantar la vista... como si fuera el artista de las desapariciones en un número de magia, mi amigo Géminis se ha hecho humo, llevándose consigo la cuenta. (Los ejemplares menos evolucionados del géne-ro se aprovechan de esta agilidad para dejarle a uno que pague.) Cuando él opta por disolverse de esta manera, yo miro ansiosamente por el local y de pronto ahí lo veo... haciendo una llamada telefónica o salu-dándome alegremente con la mano mientras se escurre por la puerta rumbo a Dios sabe dónde.

El Géminis de quien hablaba se comprometió hace poco con una encantadora muchacha Acuario (si alguien puede seguirle el Juego a un escurridizo Géminis, ese alguien es Acuario), y una semana antes de la boda, uno habría apostado cualquier cosa a que de alguna manera conseguiría zafarse del nudo, a que no llegaría a tiempo a la iglesia. Pero llegó. Los Géminis le pueden dar a uno grandes sorpresas, sobre todo cuando están enamorados.

Una de mis Géminis favoritas es una mujer de Mercurio que –típicamente– tiene un servicio de te-le–radio llamada en Nueva York. Hasta hubo una obra de teatro basada en su vida. Debido tal vez a las veinte horas diarias que se pasaba pegada al teléfono, no tiene en sus pies la misma agilidad que tenía cuando trabajaba como corista en Broadway. Claro que no se puede decir que sea ágil alguien que rara vez puede apartarse del conmutador, pero así y todo da la impresión de andar volando, aunque esté inmóvil. Como la mayoría de las mujeres Géminis, es bonita de rostro y sumamente interesante; cada uno de sus rasgos denota inteligencia, y sus manos, móviles como el mercurio, parecen pájaros que aletearan en el aire. Mi amiga se vale de mas encanto e ingenio de lo que hay derecho a tener para resolver alegremente los problemas de todo el mundo en menos tiempo del que lleva guiñar uno de sus límpidos ojos azules. Yo la he visto encontrar una baby–sitter y dos hamsters para un cliente, hacer la lista del supermercado, exten-der treinta y dos cheques (una de sus ocupaciones favoritas), telefonear a un productor de Broadway que estaba paseándose en su yate por el Caribe, enviar nueve telegramas, doblar la ropa traída de la lavande-ría, programar la semana de trabajo para sus telefonistas, encontrar la corbata azul de su marido, anotarle la dirección de la tienda donde podía encontrar los peces tropicales que quería su hijo, tomar cuatro fotos Polaroid del perro, recibir y comprobar las cuentas del mes (es cierto que después las archivó distraídamen-te en el cesto de los papeles), ayudar a una oficina de repartos a encontrar una actriz que hablara seis idio-mas y despertar por teléfono a doce clientes; todo eso en el término de poco mas de una hora y sin levan-tarse de su sillón giratorio. A ver quien es capaz de hacer más.

El secreto está en la naturaleza dual de los Géminis. Son capaces de hacer dos cosas a la vez con menos esfuerzo del que necesitamos la mayoría de nosotros para hacer una sola. Es común que las mercu-rianas estén planchando, dándole de comer al bebé y hablando por teléfono, todo al mismo tiempo. Hasta hay quien jura que todos los de Géminis nacen con un teléfono en cada mano.

Cualquier tipo de rutina puede hacer que un Géminis típico se sienta como un pájaro triste, enjaulado y con las alas cortadas. Son gente que no aguanta los trabajos penosos y monótonos. Por lo común, no son las almas mas puntuales que hay en el mundo (a no ser que casualmente tengan ascendente Virgo, porque entonces son verdaderos despertadores humanos). El Géminis típico, sin embargo, llega siempre tarde, no porque se olvidó de la hora sino porque por el camino se encontró con algo que le llamaba la atención y se desvió. La inquietud de la naturaleza mercuriana exige una excitación y un cambio constantes para no des-alentarse ni ponerse de mal humor.

Quien tenga un amigo Géminis habrá experimentado ya probablemente uno de sus rasgos típicos, que puede ser terriblemente molesto. Digamos, lector, que te sugiera alguna actividad, que puede ser darte una vuelta por su apartamento (rara vez tendrá una casa, que es algo demasiado permanente para él), ir a ver una vieja película de Humphrey Bogart que ponen junto con un western excelente (programa doble, claro; con él nada es simple), ir a jugar un rato al minigolf o tomar unas copas en algún bar. Tú estás cansa-do y te ibas para tu casa. De todas maneras se lo agradeces, pero prefieres no ir. Géminis lo discute contigo y te convence. Abriendo muy grandes sus ojos azules (o verdes o castaños) de bebé, te envuelve en un capullo de fascinación. Habla tan rápido y con una sonrisa tan persuasiva que, finalmente, tú cedes. Irás.

Ahora resulta que Géminis tiene un par de diligencias que hacer, de manera que dice que os encontrareis en la esquina dentro de una hora, más o menos. Eso tú no te lo esperabas, de manera que empiezas a echarte atrás, pero él insiste con su técnica y finalmente quedas de acuerdo en encontraros. Realmente, es un opio tener que matar esa hora, sin contar que a ti te duelen los pies, pero te las arreglas y a la hora con-venida te dejas caer por la esquina. Él llega media hora atrasado y un poco sin aliento.

¿Sabes qué? Pues cambió de opinión. Realmente, ya no da más. Ha decidido dar el día por termina-do, meterse en la cama y dejar todo lo demás para mañana por la noche. A ti te da lo mismo, ¿no es cierto? Llegados a ese punto, sólo un Géminis es capaz de evitar un directo a la mandíbula, y él lo evita. Tú le per-donas, y lo mas ridículo de todo es que te encuentras con él a la noche siguiente, como si fuera lo mas 1ógico del mundo. Eres tú el único culpable por sucumbir al irresistible fervor vendedor de Géminis. Si a la noche siguiente te vuelve a dejar en la estacada, pues ya te lo debías haber visto venir. Te lo tienes mereci-do por dejar que te engatuse.

En todos los nacidos en junio hay una necesidad profundamente arraigada de disfrazar sus verdade-ros motivos. Como los Piscis, sienten la compulsión de conducirse de manera exactamente opuesta a sus verdaderos deseos. Pero esta pasmosa versatilidad de Géminis, unida a su facilidad de palabra, hace de ellos estupendos políticos, por no decir que son expertos en el campo de las relaciones humanas. Géminis sabe cómo apartar a cualquiera de sus más firmes convicciones. Con su karate mental, puede convertirle a uno en un nudo como esos bizcochos que llaman pretzel, conseguir que la víctima esté de acuerdo con él y que, además, esté encantada con lo que le hacen. Y si se presenta alguna complicación, Géminis sabe instintivamente cuales son los puntos débiles de cada cual y es capaz de valerse de la rapidez de su mente y de su lengua despiadada para aprovecharse de ellos.

Pasa algo raro con Géminis y el arte de escribir. Géminis es el signo solar que rige esta actividad y, por ende, prácticamente todos los nacidos bajo la influencia de Mercurio son capaces de decir una frase ingeniosa y de hilvanar con inteligencia las palabras. Los Géminis que escriben, ya sea discursos, anuncios, obras de teatro o libros, se cuentan por momentos. Pero los libros serán novelas, libros de texto, ensayos o biografías. Es muy raro encontrar a Géminis escribiendo la historia de su vida. Y rarísimo tropezar con uno a quien le guste escribir cartas personales. Al nativo típico le molesta en gran manera contestar correspon-dencia, y puede demorarse semanas enteras.

Es posible que al principio parezca contradictorio, pero la cuestión se aclara cuando uno recuerda la renuencia de los mercurianos a verse encasillados en una opinión. No se deciden a poner sus pensamien-tos sobre el papel porque instintivamente saben que es posible que su opinión de hoy no sea la de mañana, y no quieren comprometerse por escrito. No son muchos los Gemelos que necesitan que su abogado les advierta: <>. Ellos ya nacieron con ese mecanismo de defensa. Es sorprenden-te el número de escritores Géminis que prefieren usar seudónimo, e incluso un Géminis del montón termina-rá por encontrar alguna razón para adoptar un alias, ya sea un cambio completo, alguna modificación en el nombre, o por lo menos un mote. La regla es tan constante que se puede apostar con todos los Géminis que uno conozca seguro de que ha de ganar.

Casi todos los Géminis entienden o leen más de una lengua, y la favorita es el francés. De una mane-ra o de otra, Géminis triunfará con las palabras. Afiló sus dientes mordiendo un diccionario enciclopédico. Es capaz de venderle cubos de hielo a un esquimal, o sueños a un pesimista. Y si llegas a atraparlo en algún fallo, lector, el mercuriano es capaz de cambiar con tal rapidez de tema, y es tan diestro para apartar de sí los reflectores, que el que terminará puesto de espaldas sobre la alfombra serás tú y no él. A veces, la tendencia de Géminis a embaucar a la gente puede llevarle a la deshonestidad y a actividades criminales, pero no con tanta frecuencia como te lo habrán hecho creer. Aunque sus talentos puedan arrastrar a algún que otro mercuriano a vivir en una telaraña de mentiras y engaños, la mayor parte de ellos son demasiado idealistas para llevar una vida de ese tipo. Así y todo, hay que admitir que Mercurio los hace especialmente dotados para el éxito en este campo, y que si les da por ahí pueden ser brillantes artistas de la estafa. Con su destreza manual, si deciden vaciar un bolsillo, falsificar un cheque o imprimir un billete de diez dó1ares, por lo menos lo hacen con sumo cuidado y es raro que los atrapen.

Si te encuentras con un locuaz vendedor de coches usados que nació en junio, y que te asegura que el Studebaker azul no tuvo mas que un solo propietario –una ancianita que solamente lo usaba para ir a la iglesia los domingos por la mañana– lo prudente será que preguntes por el nombre de la iglesia y vayas a hablar con la ancianita (a menos que ella también sea Géminis). Pero, dejando de lado la broma, salvo que las influencias y posiciones planetarias de la carta natal sean marcadas, la mayoría de los Géminis son honrados, y algunos de ellos hasta la exageración. Aparentemente, se van de un extremo al otro.

Sin embargo, todos, desde el ladronzuelo al estafador y al ciudadano impecable, serán incapaces de resistirse a darle una ligera mano de barniz a un relato, de vez en cuando. Claro que eso no es mentir; sim-plemente es imaginación.

Como promotores, todos los mercurios son absolutamente soberbios. Nadie los iguala, ni siquiera Aries. Es posible que en nada de lo que promueven haya gato encerrado, pero es poca la gente con la forta-leza suficiente para defenderse de la combinación de encanto y de inteligencia con que les envuelve Gémi-nis, y eso ya equivale a jugar con ventaja. Y cuando un Géminis respalda un proyecto digno, y se pone a vender algo que la humanidad necesita y desea profundamente, los ángeles le sonríen, y podemos agrade-cer a los que han nacido bajo este signo solar muchos logros grandes y perdurables que han sido beneficio-sos para todos. Todos los de Mercurio son vendedores de corazón, incluso los que se convierten en sacer-dotes jesuitas o misioneros protestantes. Vamos a demostrarlo con dos ejemplos totalmente divergentes. John F. Kennedy, que era Géminis, le vendió al mundo entero un ideal resplandeciente, y Michael Todd, que también era Géminis, le vendió algunos sueños a Broadway. Cada uno a su manera, era hijo de Mercu-rio. Y hay que añadir que tanto el mundo como Broadway están muy atiborrados, y no es fácil venderles más.

Los Géminis necesitan el doble de sueño que cualquier otro mortal, para compensar la actividad de su cerebro. Lamentablemente, son tan susceptibles al insomnio que rara vez duermen lo suficiente. Sin embargo, es muy necesario que se esfuercen por descansar, descansar y descansar, para reparar esos nervios que parecen cables pelados y renovar las hiperactivas células cerebrales, porque en ellos el agota-miento nervioso es una amenaza constante. También necesitan toneladas de aire fresco y no contaminado, y todo el sol que puedan tomar, para no acabar en algún hospital. La falta de cualquiera de estas cosas, sumada a la supresión de la actividad, puede hacer que Géminis sea susceptible de sufrir accidentes que afecten a los hombros, brazos, manos y dedos. También los pulmones pueden ser débiles, lo mismo que los intestinos. Los problemas que afectan a los pies, la espalda, la eliminación, así como la artritis, el reumatis-mo y las jaquecas, son siempre posibles entre los mercurianos que descuidan su salud. Lo raro es que Gé-minis es más propenso a colapsos emocionales provocados por el aburrimiento y el encierro que por exceso de actividad.

En lo profundo de su naturaleza indagadora e impaciente, Géminis busca un ideal, y su principal pro-blema consiste en saber cual es. Podría ser cualquier cosa, ya que su imaginación no conoce límites. Dine-ro, fama, riquezas, amor, triunfo profesional..., nada es suficiente. Mercurio siempre atrae a Géminis más y más alto, y más y más adelante, con la seductora promesa de algo siempre un poco mejor. La hierba del otro lado del camino siempre parece más verde. El cielo es más azul sobre otros océanos. Las estrellas brillan más en otras latitudes.

¿Qué es lo que busca? Tal vez algún oculto continente, aun sin descubrir, dentro de sí mismo. Gémi-nis es el explorador de la mente.

Sus ojos son agudos y sus talentos múltiples. Su humor es brillante, y tiene tacto, diplomacia y des-treza, pero le falta paciencia y constancia. Está demasiado dispuesto a deshacerse de algo viejo y precioso por algo nuevo y sin probar, y después vive lamentando lo que hizo. A pesar de que es mucha la gente que le rodea, sus emociones mas profundas las comparte únicamente con su único compañero constante: el gemelo que lleva dentro de sí. El aire es su elemento y su hogar. Géminis es ajeno a la tierra.

El encanto de Géminis puede inducir a un pájaro a descender del árbol para aprender de él cinco canciones nuevas. Pero la mercurial inquietud de su mente puede hacer que fácilmente pase por alto el pájaro azul de la felicidad, que año tras año espera ansiosamente en su propio huerto. Prefiere los colores claros, amarillos, verdes y azules, plata y gris, y sus estados de ánimo son un reflejo de la destellante aguamarina, su piedra.

Leve de tacto, encuentra un eco en la delicada fragancia del lirio del valle, y ha inhalado la fresca promesa de los más verdes helechos en lo más profundo de la selva. Pero el frío mental de Mercurio divide a Géminis con deseos gemelos... hasta que se detiene, y espera, y escucha los latidos de su propio cora-zón.


Personalidades Géminis famosas


Bennett Cerf
John Dillinger
Arthur Conan Doyle
Bob Dylan
Duque de Edimburgo
Ian Fleming
Errol Flynn
Judy Garland
Paul Gauguin
Thomas Hardy
Bob Hope
Al Jolson
John F. Kennedy
Beatrice Lillie
Marilyn Monroe
Cole Porter
Rosalind Russell
Francoise Sagan
Wallis Simpson
Michael Todd
Rodolfo Valentino
Walt Whitman
Frank Lloyd Wright
Brigham Young